Bécquer ha sido un paradigma para mí a la hora de buscar inteligibilidad al hablar, disminuida en mi caso.
Él me dio la lección más importante que me ha ayudado a paliar esta disminución que yo pueda tener, ya que de la miniaturización de sus versos se puede extraer implícitamente que cuando basta una palabra es mejor no usar dos.
Así mi obra ha ido evolucionando hasta encontrar por fin mi estilo propio: Siempre basado en mis inicios becquerianos, con expresiones breves, despojándolas de todo adorno hasta llegar a su mínima expresión, para que exclusivamente quede el sentimiento.
Esta es la definición que la RAE da de la poesía: “Manifestación de la belleza o del sentimiento estético por medio de la palabra, en verso o en prosa”.
Pero la estética es muy prosaica: ¿Acaso un poema es más bello por llevar una métrica determinada?
Yo tengo mi personalidad propia y voy evolucionando hacia un estilo propio. Siempre he intentado canalizar los sentimientos de la gente, ya que éste es el único punto en común de todas las personas. Un mundo que es de sota, caballo y rey, y simplemente con ver poesía ya encuentra prejuicios para no seguir leyendo ese libro.
He publicado con Ediciones Beta los poemarios: Poesía olvidada, 2004; A cualquier adolescente, 2006; Cuando muera viviré en mis poesías, 2011; Vosotros sentis y yo escribo, 2016; Cualquier adolescente es un enamorado, 2022. También un libro de aforismos: Esto es lo que somos, 2007.